Muchos son los sistemas de juego que, en el mundo del wargame, han buscado la representación de batallas napoleónicas. El sistema que más me llama la atención es el llamado La Bataille —el nombre proviene del uso y abuso de francés macarrónico, tanto en componentes como reglamento, que era marca de la casa—, dada su capacidad de reproducir la sensación de simulación histórica, de fricción de la batalla e interacción de las tres armas como ningún otro sistema táctico napoleónico.

Esto tiene un coste. La Bataille es la simulación más compleja en su especie. Cierto es que, a fecha de hoy, la cantidad de reglamentos existentes nos permite jugar el juego casi a nuestro gusto, escogiendo el que, más o menos, nos dé aquello que pueda interesarnos. Esto deja siempre el problema de qué reglamento usar al empezar una partida y de que las diferencias son tan grandes, que se puede hablar de reglamentos paralelos salidos de una raíz común. Lo más relevante de esto es que siempre existe la posibilidad de usar uno de los más ligeros para una batalla más grande (pongamos un Borodinó) y el más detallado para una más pequeña (pongamos un Quatre Bras). Así, se podrían completar en un tiempo razonable los juegos más grandes, perdiendo sólo parte del detalle táctico.

Regulations of the Year XXX

Pero como a mí el detalle táctico y los sistemas complejos son lo que más me llama, hablaré aquí sólo del reglamento que uso preferentemente, el llamado Regulations of the Year XXX, del que, aun siendo un reglamento oficial del juego, no existe ninguna versión en formato físico, necesitando una descarga de PDF para poder acceder a él.

Ejemplo de desarrollo de partida

La Bataille nos presenta con mucho detalle toda la micro gestión de un ejército napoleónico. Tendremos que calarnos varios sombreros a lo largo del juego. Después de mirar el campo de batalla como, pongamos, Napoleón, y analizar la situación, bajaremos al nivel de cuerpo para ver si nuestras divisiones están donde deberían y haciendo lo que se supone que deben hacer, y de ahí hasta controlar los batallones individuales, sus formaciones, niveles de moral, munición de artillería (los vagones de munición son un añadido del reglamento XXX que ayuda a simular la congestión del campo de batalla por elementos de impedimenta).

La simulación

Se juega sacando fichas de activación, que previamente se han asignado a formaciones específicas. De esta forma, los jugadores deciden, en función de las capacidades de mando de sus ejércitos, qué es lo que van a mover y que es lo que se va a tener que quedar quieto, pero no sabrán cuándo van a poder activarlo. Con fichas especiales para el fuego de artillería, coordinar un ataque con la confianza de que la artillería ya ha consumido su ronda de fuego no es algo seguro. Y esa formación que queríamos mover primero puede acabar bloqueando el paso de la que preferiríamos haber movido después. Esencialmente, la doctrina napoleónica ideal está simulada en esa necesidad de tener a mano todo lo necesario para el juego fluido de las tres armas. La caballería que carga contra la infantería que, a su vez, forma en cuadro y que es bombardeada por la artillería es algo que dependerá ya no sólo de tener las tres armas en posición de apoyarse mutuamente, sino también de la capacidad de activar las formaciones necesarias con la moneda del juego, que son los puntos de mando, y de que, una vez asignados esos puntos, las formaciones reaccionen a tiempo, o al menos, en un orden que nos convenga.

Mapa de La Bataille de Dresde

A la hora del combate, tenemos de todo y con todo lujo de detalle, rebote de artillería (tener infantería en una larga línea de hexágonos es una invitación a jugar a los bolos), formación de cuadro, cargas de caballería, escaramuzadores de caballería e infantería, asaltos a fortificaciones (con reglas especiales para los zapadores de turno), la increíble flexibilidad de fuego británica y mucho más.

La representación

Las piezas del juego representan unidades individuales o, a veces, componentes de esas unidades. Según la flexibilidad doctrinal de un ejército, se nos puede permitir romper un regimiento en batallones o liberar compañías ligeras, que pueden desprenderse de la unidad madre, o bien reemplazarla. Todas las fichas de combate están ilustradas, en su parte frontal, con unos particularísimos gráficos que representan los uniformes de las unidades de un modo que, aunque puede resultar al principio excesivamente barroco, es precisamente parte del encanto. Tendremos unidades para los diferentes líderes y sus ayudas de campo, para las variadas formas de infantería, caballería o artillería, los mencionados trenes de munición, que cargarán con munición de un determinado calibre, y algunas unidades que sólo estarán presentes en juegos específicos, como los artilleros de las baterías fijas en Dresde. El dorso de las unidades nos permite identificar el bando (de forma universalizada en el sistema, un fondo gris para las coaliciones aliadas y un fondo blanco para los franceses) y contiene todos los valores necesarios para el juego que definen esa unidad, tales como factor de fuego, moral, factor de combate o capacidades especiales de hostigamiento.

Ejemplo de fichas, con sus detallados uniformes

En cuanto a las batallas que, en este momento, están disponibles, hay muchísimas, pero dado el nivel de participación de los fans del juego y la multiplicidad de editoriales implicadas en la edición de los juegos más profesionales, la calidad o, por lo menos, el nivel gráfico y el estilo de presentación de reglas y componentes, varía muchísimo de un juego a otro. Lo bueno es que muchas de estas batallas están disponibles de modo gratuito, con lo que bastará navegar a la página web donde están alojados los ficheros y montarnos una batalla pequeña para ver si el sistema responde a nuestras expectativas. Lo malo es que no siempre esos escenarios serán una buena demostración de lo que es capaz de darnos La Bataille cuando opera a plena potencia y en todo su esplendor.

Las editoriales

Por último, varias editoriales han lanzado juegos de esta serie, y es importante citarlas, porque ellos han creado, modificado o aportado los elementos de lo que el juego fue en su día y de lo que es hoy. Marshall Enterprises (ME) creó el sistema allá por los años 70, y lo hizo con el primero de los Monster conocidos en el mundo de los wargames, La Bataille de la Moscowa; lo hicieron con un penchant (digámoslo en francés, aunque no venga a cuento, para ponernos a tono con el singular espíritu de sus reglamentos) por la simplicidad, pero luego la bestia fue creciendo. Hoy, ME sigue sacando juegos de forma más o menos regular (uno al año, aproximadamente) y cuentan con una web llena de pequeños escenarios descargables, pero sus gráficos y su reglamento siguen siendo, en mi opinión, muy parcos. Del otro lado, está Clash of Arms, que destaca por sus extraordinarios gráficos y por haber editado la mayoría de los juegos aún disponibles. Esperamos Fuentes de Onoro y una reedición de Waterloo para algún futuro próximo.

La lista de juegos es larga, las filas de wargameros están formadas. Chargez, mes enfants!

7 Comments

  1. Raúl Jiménez

    Ya estoy leyendo todo con atención. Soy el otro Raúl de las jornadas de Alcorcón. Nosotros empezaremos no tardando con el reglamento de María Luisa

  2. Miguel Ángel Sánchez

    Nunca he probado el reglamento de los Marie-Louise, pero parece la versión ideal para partidas muy grandes. Cuéntanos tu experiencia con esas reglas cuando las uses.

  3. admin

    Hablando de María Luisa…

    El 2 de abril de 1810 Maria Ludovica Leopoldina Franziska Therese Josepha Lucia von Habsburg-Lothringen contrae matrimonio con Napoleón I de Francia, estableciendo una inestable alianza entre los franceses y el imperio austríaco #GuerraIndependencia
    https://twitter.com/elprimeredecan/status/1113111285074456576

  4. ramon

    El artículo me parece francamente bueno para aquellos que se quieran bucear en el submundo que es el sistema «La Bataille», como bien dices, el sistema es el más complejo pero sin duda para mi gusto personal, el más agradecido. Las Regulations del ANN XXX son excelentes, aunque es comprensible que haya jugadores que prefieran otras opciones… Después del trabajo de Ed Wimble con la 5ª Edición, veremos a ver como queda las Reg.XL.

  5. Pedro Taverner

    Existen cuatro juegos de la editorial Simtac, de José Luis Alarcón, que están muy bien en calidad tanto de componentes como de mapas, no tienen nada que envidiar a los mejores del mercado que son los de Clash of Arms. De esos cuatro el Arapiles es muy buena recreación, incluso tienes unos mapas accesorios para recrear el movimiento de las tropas hacia el campo de batalla propiamente dicho, con lo que además de una batalla táctica tienes la opción de manejar las tropas de manera operacional antes de la batalla y se refleja en que entran por distintos sitios del mapa, sería magnífico poder recrear una batalla como la Ulm con todo lo que significó a nivel operacional llegando a ganar la batalla sin pegar un tiro prácticamente. Lo dicho los de Simtac son joyas. Por mí parte he jugado unas cinco veces el Quatre Bras, una el Mont Saint Jean (Waterloo), otra al Lutzen, y otra inconclusa al Moskowa todas estas de Clash of Arms, de Simtac el Alejandría y el Arapiles.

  6. Miguel Ángel Sánchez

    Sí, SIMTAC sacó cuatro fantásticos juegos. Los mapas no eran para tirar cohetes, pero las fichas eran excelentes. No formaban parte del sistema La Bataille, aunque estaban claramente inspirados en él. Sólo hace unos años, salieron reglas para adaptarlos al reglamento de las Regs XXX.

    Una pena que no sacaran más juegos.

  7. Miguel Ángel Sánchez

    Ramón, el problema que le encuentro a todos los reglamentos de Ed Wimble (yo empecé a jugar esta serie con la tercera edición que venía en la caja de Mont St. Jean) es que son muy abiertos e imprecisos de forma intencionada. Me gusta más el acercamiento de Terry Doherty a fijar conceptos, aunque no lograra cuajar del todo.

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