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El 28 de julio de 1809 la ciudad de Talavera de la Reina fue testigo de la batalla entre las fuerzas francesas de José Bonaparte, el rey intruso, contra las tropas combinadas de España al mando del teniente general Cuesta y Reino Unido al mando del teniente general Wellesley, futuro Duque de Wellington.
Ya la noche anterior los franceses habían estado a punto de sorprender a los británicos en el vital cerro Medellín, dando muestras de la veteranía de soldados bregados en Austerlitz. El ejército español junto al británico trataría de detener al mejor ejército del mundo, los hombres del emperador.
"El Monolito", erigido en 1990 con asistencia de autoridades de varias naciones, nos muestra cada uno de los regimientos participantes.
Para los que no conocen la ciudad podemos extender la visita para verla por la tarde.
Especialista en el campo de batalla
Una vez hayas hecho la reserva, bien te indicamos el punto y hora de encuentro
Realizaremos un recorrido en coche, pues el campo es demasiado grande para recorrerlo andando. Pararemos en varios lugares para conocer los puntos de vista tanto del bando aliado como del francés
Podremos ver las tropas posicionadas sobre el mismo campo de batalla recurriendo a esta tecnología
Es el momento de comentar la visita y disfrutar de un merecido descanso
Nos despedimos hasta la próxima visita
10 Comments
Juan
Disfrute muchísimo del campo de talavera. Y los efectos 3D me sorprendieron. Además comprendi mejor la guerra de la independencia y lo que significó en la historia.
Juan Arumi Mitjavila
Me interesaría recibir vuestro boletín de noticias históricas.
el primer edecán
Estupendo, te lo enviaremos puntualmente 😉
José
Es una visita muy completa por todo el campo escenario de la lucha y de la que se aprende mucho de una batalla muy importante y poco conocida. El guía controla de lo que habla y se nota. Me parece muy recomendable para ir con toda la familia, no te cansas y los chavales se lo pasan bien. Muy amena.
Iciar
El pasado 6 de noviembre estuve en la recorrido de la batalla de Talavera, más de tres horas de magnífica puesta en escena y en situación gracias a Raúl y sus variopintos recursos para trasladarte al lugar y la época. Incursiones nocturnas sin ninguna visión, artillería atronadora a destajo para volver loco al más cuerdo y la carga de tropas con sus generales en primera línea de batalla (algo inusual ya en el siglo XX) y, por supuesto, el sufrimiento de la población, el calor extremo de un mes de julio castellano, las deserciones por doquier, el vaya usted primero que ahora me sumo, las largas horas de espera y las marchas a pie, y las treguas para retirar heridos y muertos del campo de batalla.
No se me ocurre una mejor manera de pasar una mañana de sábado para quién le guste la historia, andar un poco y disfrutar del campo abierto. Nos vemos en la siguiente.
Jaime Serrano
Para un amante de la Historia, visitar un antiguo campo de batalla es siempre una experiencia emocionante, y hacerlo guiados por Raúl, un privilegio. En una mañana magnífica en el campo de batalla de Talavera, visitamos y entendimos el terreno, las distancias, los desniveles, la vegetación de entonces. Las explicaciones del orden de batalla y de las decisiones de los generales de ambos bandos fueron claras y completas, las descripciones vívidas, la información que nos iba proporcionando (fueran láminas con uniformes, balas de plomo o mapas), la oportuna en cada momento. Raúl supo llevarnos a 1809, hacernos sentir el calor y el cansancio de los soldados, y entender los cómos y los porqués de ese día en el que Arthur Wesley se ganó el título de Vizconde de Wellington y Talavera (aunque este último título quedara luego en el olvido). Gracias, Raúl.
el primer edecán
Gracias a ti, Jaime. Tus palabras me han emocionado.
CARLOS PRAT
Estupenda visita la que hicimos el pasado sábado 6 de noviembre. Raúl el guía magnífico. ¡Repetiremos!
Gregorio Blanco
El pasado sábado 7 de mayo participé en la visita guiada a los escenarios de la Batalla de Talavera. Quiero dar las gracias a Raúl por su excelente y cuidadosa recreación de los diferentes momentos de esa importante batalla. Incluso para aquellos que, como yo, llevamos toda una vida paseando estos campos, estos arroyos y utilizando esos topónimos (arroyo de la Portiña, Casa de Valdefuentes, Pajar de Vergara, Casa de Salinas, cerro de Medellín), esta visita supuso una visión completamente nueva de este entorno. Raúl te hace imaginar y casi, ver, cada lance de la batalla con un detalle y una paciencia inaudita. Debo decir que quedé totalmente satisfecho y he cubierto una necesidad de muchos años, la de conocer realmente qué pasó en aquellos dos fatídicos días de julio. ¡Enhorabuena, Raúl!
Asier
Arthur Wellesley: Primer Duque de Talavera.
El Duque de Hierro estuvo a punto de ser conocido como «El Duque de la Cerámica». Nos lo ha contado hoy el gran Raúl Bellido, en su excelente visita guiada al campo de batalla de Talavera de la Reina.
En época napoleónica, cuando un general mostraba un buen desempeño en batalla, le solía caer una gratificación. Una prima. Un sueldo variable por objetivos:
El título nobiliario.
Así tenemos al Príncipe de la Moscova, al Duque de Auerstadt o al Duque de Berg.
Al presuntuoso irlandés que ahora conocemos por Güelinton le debería haber caído el título de Vizconde de Talavera, tras el indeciso altercado que ocurrió aquí entre más de 100.000 soldados (2° batalla de la Guerra de Independencia, tras Vitoria). Pero un altercado diplomático truncó el gustazo de decir que el Primer Vizconde de Talavera se convirtió, con los años, en Premier británico.
Arthur, tras ‘vencer’ en Talavera salió por patas a las faldas de Lisboa, donde gustaba de lloriquear y esconderse. Dejó 1.500 heridos graves en la ciudad, al cargo de Cuesta. Pero este, avisado de que venían los Caballeros del Zodiaco molones del Petit (Soult, Ney, Mortier y demás) salió por legs.
España y la Pérfida Albión, aliadas coyunturales y enemigas históricas, se enfrascaron en un hilo de emails muy feos: que si «has salido por patas», que si «mis heridos han sido entregados a los franchutes», que si «sois una caterva de hooligans saqueadores sin romanizar», «que si vosotros sois unos analfabetos debajo de sotanas de curas», que si «aquí al menos no comemos bazofia para puercos», que si «tu madre más»… Bueno, lo normal entre las cancillerías de ese período.
El caso es que las cosas no estaban como para pedir a las Juntas, a los borbones sodomizados o a quien fuese que (des)gobernaba España en aquel momento el permiso para dar un condado honorífico a un gris general de cipayos. Así que el Parliament ese pidió al hermano mayor, que era de momento el hijo prefe de los Wellesley, que eligiese un pueblacho en Somerset para hacer vizconde, y posteriormente Duque, al tipo que había conseguido no tener que reembarcar al ejército inglés en la segunda temporada de esa fascinante serie que fue la Guerra Peninsular.
Y bueno, hubiese tenido su punto. ¿Os imagináis?:
Despacho del 16 de junio de 1815
De: ØberKômandö Generalitat Staffen von Blücher
A: El Primer Duque de Talavera
Asunto: Hoy nos han jodido bien…
PD: Visita INDISPENSABLE si os mola el período napoleónico. Raúl es un pozo de datos, que va desimbrincando la narrativa de la batalla en los diferentes lugares clave de la misma. Y ya cuando te deja el catalejo y te pones en la piel de Víctor, frustrado ante el cerro de MedellínMedellín, el acabose.